Relatos!!!

La marca de Su Amo
Los minutos pasan. Sabe que a Su Amo no le gusta esperar. Esto le va a valer un castigo.
Se miro en el espejo. No le falta nada. El vestido que le eligió, sin ropa interior, peinada con dos colitas como tanto le gusta, poco maquillaje.
Su corazón late a prisa. Lo ve sentado en la mesa que le indicó, la que da a la ventana, en el barcito de siempre.
Ve que Su Señor mira el reloj. Su cara lo dice todo.
-Tardaste diez minutos más de lo que debías. ¡Sabes cuál es tu castigo! - Ese fue el saludo.
Se sienta frente a Él, y comienza a lamer el plato que estaba sobre la mesa…
-¿Crees que es suficiente? Quiero que te escuchen ladrar como la perra que sos…
Sin pensarlo siquiera, ladra dos veces.
-¿Quién dijo que te detengas?, la increpa Su Dueño.
Muerta de vergüenza, ladra fuertemente. El mozo y los clientes del bar los miran. Él ni se inmuta.
Termina su café y le dice: Vamos.
Llegan al departamento.
-Ponte en cuatro perrita.-
Las manos de Su Amo le arrancan el vestido. Siente como Su Señor recorre minuciosamente, con su mirada, su cuerpo desnudo. Su respiración se acelera…
Una mezcla de dolor y excitación se funden cuando con su fusta comienza a marcar su cola, su espalda. Le arde. Pero sabe que no debe quejarse. Ella solo es una perra que debe satisfacer a Su Dueño. Siempre. Esa es su función.
-¿Así te gusta? Tengo mucho más para vos…
Por como siente su cuerpo, debe estar muy marcada. La marca de Su Amo. Nada más especial.
Toma un consolador, y hace que se siente sobre él.
-Baja despacito.
La agarra del cabello y hace que levante su cabeza. La mira a los ojos.
-Quiero ver tu cara de puta mientras va entrando en tu vulva. Imaginate que es el mozo del bar, el que te miraba cuando ladrabas…
- ¿Lo sentís bien dentro tuyo, putita?
-Con cuidado de que no se te salga, te pones en cuatro que te reserve otro regalito para vos…
En ese momento, la toma del pelo, y, usando cada colita de su peinado como riendas, se sostiene de ellas, y le penetra con su pene su cola, salvajemente…Una y otra vez.
-Así hay que tratar a las perras como vos…-
Se detiene bruscamente.
Ella siente como la leche de Su Señor corre por su espalda…
-Acércate. Quiero que con tu lengua limpies mi pene. Así…Todo…Bien limpio. Saboréalo.
-Ahora prepárame el baño. Siempre en cuatro- Le ordena.
Cuando todo está listo, como a Su Señor le gusta, regresa a la habitación. Su Dueño sostenía su correa.
A dormir un rato. La ata a los pies de la cama.
Y, curiosamente, se siente plena, feliz. Sabe que fue una buena perrita, tal como le gusta a Su Amo.

Gatita_